Toda esta semana se vive con gran religiosidad. Estos días se experimenta las mayores cantidades de personas y los actos de la Pasión tienen gran concurrencia.
Todas las procesiones son muy ceremoniales y no falta ninguno de los elementos de este tipo de actos: los pasos, los penitentes, la banda de música, los niños… todos participan de este importante momento del año.
Uno de los momentos más emocionantes se viven el Domingo de Gloria, con una procesión con las estatuas del Señor Resucitado y la Virgen que, tras recorrer varias de las calles principales de la población, se encuentran en la plaza mayor; los mayordomos portan los estandartes de las cofradías y, al divisarse, hacen una serie de genuflexiones, tocan los estandartes y simultáneamente el párroco quita el manto de luto a la Virgen y las campanas comienzan a repicar.