Es uno de los iconos del Geoparque Villuercas Ibores Jara. Paso obligado en las rutas turísticas, despierta interés por las imágenes que vemos, pero cuando lo visitas, te quedan más ganas de volver que las que tenías de ir.
Su castillo regala las mejores vistas, un poco como la Breña, que nos da los dos mundos: la penillanura por un lado y los valles y sierras por el otro.
La historia, naturaleza, geología y unas vistas que no olvidarás te esperan en una de las aldeas más pintorescas de Extremadura.