Cuando el valle se abre queda espacios para el aprovechamiento de la corriente. Hay algunas vegas que estacionalmente se siembran, hay pequeñas represas, pero sobre todo hay molinos.
El Molino del Almonte está bastante arruinado, tiene caídas casi todas paredes. Pero mantiene la estructura de las partes principales que nos pueden hacer comprender toda la lógica de esta industria.
En este podemos contemplar como un canal traía el agua, si lo seguimos llegaremos a la presa que desviaba parte del curso del río. En el propio molino se aprecia la boca de entrada, y como esta se va haciendo pequeña a media que desciende, dando una presión extra a la corriente. Queda parte de la maquinaria y la boca de desagüe donde estaba el grueso de la maquinaria.
La observación debe hacerse a distancia, no entrando en las ruinas y contemplado los elementos sin riesgo. El río está muy cerca y los atractivos de la visita son múltiples.